Havlíček admite desgaste por el caso Filip Turk, pero descarta romper la coalición
El vicepresidente primero de ANO, Karel Havlíček, reconoce que las declaraciones de Filip Turk —y su posible nominación como ministro de Asuntos Exteriores— constituyen “una carga para la reputación” del gobierno que la coalición ANO–Automovilistas–SPD está formando. Aun así, afirma que no tiene intención de romper la alianza por este motivo.
En una entrevista concedida a CNN Prima News, Havlíček defendió que la política exterior checa debe mantener una postura “pragmática” tanto frente a Estados Unidos como a China, y restó importancia a posibles cambios simbólicos en ministerios, como la retirada de la bandera ucraniana del Ministerio de Industria y Comercio.
“No tomaría ninguna medida al respecto”, aseguró.
Tensiones por el puesto de Exteriores
Uno de los puntos más sensibles dentro de la coalición es la exigencia del movimiento Automovilistas de que Filip Turk ocupe la cartera de Exteriores. ANO no ha confirmado si aceptará esta condición.
Havlíček evitó comprometerse y subrayó que la prioridad es mantener la estabilidad interna. Con ello, busca frenar la creciente presión pública por la radicalización del discurso de algunos socios, especialmente tras las polémicas declaraciones de Turk sobre Ucrania y Rusia.
Relación con Estados Unidos y el gasto militar
Otro desafío para el futuro gobierno será su relación con Washington.
Con el retorno de Donald Trump a la Casa Blanca, la República Checa deberá explicar por qué no tiene intención de aumentar el gasto en defensa hasta los niveles exigidos por Estados Unidos.
Havlíček evitó entrar en confrontación directa y se limitó a afirmar que la política exterior checa debe ser “realista y responsable”.
La bandera ucraniana y el gesto de Okamura
El asunto simbólico de las banderas volvió a surgir tras la decisión del presidente de la Cámara de Diputados, Tomio Okamura, de retirar la bandera ucraniana del edificio parlamentario.
Preguntado por si sentía vergüenza por dicho gesto, Havlíček optó por suavizar tensiones. También se le cuestionó si debería eliminarse la bandera israelí del edificio, un debate que se ha intensificado en los últimos días, pero no ofreció una respuesta definitiva.
¿Y la iniciativa de municiones?
En el plano internacional, el futuro de la iniciativa checa para la compra de municiones —aplaudida en Europa y apoyada por el presidente Petr Pavel— permanece incierto.
Pavel criticó que el borrador del programa de gobierno no incluya la situación internacional, los riesgos de seguridad ni menciones claras a Rusia.
“Rusia es una amenaza. No hace falta repetirlo cien veces”
Havlíček rechaza que el programa esté incompleto.
Argumenta que el texto se centra en objetivos, no en un diagnóstico de la situación actual, y recuerda que ANO ha expresado su postura sobre Ucrania y Rusia “innumerables veces”:
“Rusia es una amenaza y un agresor. La soberanía no debe violarse. La OTAN y la Unión Europea son esenciales para nosotros”.
Sobre la ausencia de una referencia explícita a Rusia como amenaza, negó que se trate de una concesión al SPD, aunque admitió que se negoció el lenguaje con los socios de coalición.
Filip Turek —uno de los más reacios a una formulación más dura contra Moscú— presionó para matizar el texto final.
El pulso que marcará al nuevo gobierno
Lo que emerge de las declaraciones de Havlíček es un equilibrio frágil:
por un lado, ANO quiere proyectar moderación y responsabilidad; por otro, la presión de socios más radicales condiciona el discurso y deja preguntas abiertas sobre la coherencia del futuro gobierno en materia de política exterior y seguridad.
La tensión entre pragmatismo, ideología y simbología seguirá marcando los primeros pasos de la nueva coalición.
