Pagos diferidos y tarjetas de prepago: los checos aprenden a esquivar las estafas online
A pocos días del Black Friday, el mayor evento comercial del año, hasta tres cuartas partes de la población checa planean adelantar sus compras navideñas. Este volumen masivo de operaciones convierte el periodo en un terreno fértil para los estafadores, especialmente a través de tiendas online fraudulentas que simulan ser comercios legítimos. Sin embargo, las cifras muestran que los consumidores checos están adoptando nuevos hábitos financieros para protegerse.
Un país líder en comercio electrónico
La República Checa es uno de los mercados más dinámicos de Europa en compras por internet: el 57 % de la población realiza al menos tres pedidos al mes. Esta alta penetración digital también implica mayor exposición a riesgos.
«Cada vez hay más estafas, y la temporada de compras prenavideñas es ideal para ello. La gente busca precios bajos, baja la guardia y cae en las trampas con mucha más frecuencia que nunca», advierte Tomáš Prouza, presidente de la Asociación de Comercio y Turismo.
Pagos aplazados: seguridad antes que comodidad
Ante este panorama, los métodos de pago alternativos han ganado terreno. Se estima que hasta un 40 % de los clientes opta por el pago aplazado, principalmente por motivos de seguridad: solo transfieren el dinero una vez recibido el producto.
«No tienen el dinero inmovilizado, pueden probarse la mercancía, devolver lo que no necesiten y pagar solo por lo que se quedan», explica Michal Bilka, director de marketing de una tienda online de gran volumen.
Tomáš Krásný, responsable de marketing del servicio Skip Pay, resalta que el motivo principal para elegir el pago diferido es la protección del consumidor: «El cliente sabe que su dinero no queda retenido en una tienda que podría no ser fiable».
También crecen las modalidades que permiten dividir los pagos en tres partes o pagarlos a plazos, una tendencia que refleja tanto la búsqueda de flexibilidad financiera como un consumo más racional. «Estas opciones son muy populares; el crecimiento interanual supera el 90 %», afirma Valdemar Schubert, gerente de servicios financieros y pagos a plazos en Datart.
Fraudes más sofisticados
Las tiendas fraudulentas se han vuelto cada vez más difíciles de detectar. Los estafadores copian diseños, logotipos y estructuras de comercios auténticos, haciendo que a primera vista parezcan legítimos. Aun así, ciertos detalles pueden delatarlos.
«Una dirección web sospechosa suele ser el primer indicio. A veces cambian una letra o un símbolo; parece fiable, pero no lo es», explica el experto en ciberseguridad Miloslav Lujka.
A ello se suman técnicas psicológicas diseñadas para presionar al consumidor: descuentos irreales, “ruletas de la fortuna”, temporizadores agresivos o mensajes que sugieren que cientos de clientes están viendo el mismo producto en ese instante.
«Son trucos para apelar a la urgencia y al miedo a perder una oferta», señala la abogada Tereza Genserková.
Cómo evitar caer en la trampa
Los especialistas coinciden en varias recomendaciones:
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No confiar únicamente en las reseñas publicadas en la web del vendedor; muchas pueden ser falsas.
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Verificar la URL y buscar versiones seguras (https) y dominios reconocidos.
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Evaluar si el descuento es realista; los fraudes suelen prometer precios imposibles.
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Preferir métodos de pago protegidos, como tarjetas virtuales, prepago o servicios de pago diferido.
Consumidores más cautos
El auge de los pagos alternativos y la mayor educación digital está ayudando a que los checos se conviertan en consumidores más vigilantes. Aunque los fraudes siguen creciendo, también lo hacen las herramientas y prácticas para esquivarlos.
En un Black Friday marcado por la inflación y la búsqueda de precios competitivos, la seguridad financiera se ha convertido en el nuevo criterio clave de compra.
