La economía checa crece un 2,6 % en el segundo trimestre, el mayor avance en tres años
Praga. – La Oficina Checa de Estadística (ČSÚ) confirmó que la economía nacional creció un 2,6 % interanual en el segundo trimestre de 2025, el mayor incremento desde mediados de 2022. En comparación con el primer trimestre, el producto interior bruto (PIB) avanzó un 0,5 %, consolidando así la recuperación tras varios años de crecimiento débil.
Impulso desde los hogares
El repunte se debió principalmente al consumo de los hogares, apoyado por la mejora de los ingresos reales y la reducción progresiva de la inflación. También influyó la variación de existencias, mientras que la inversión y un menor superávit del comercio exterior restaron dinamismo.
Según el director del Departamento de Cuentas Nacionales de la ČSÚ, Vladimír Kermiet, los ingresos reales del trabajo crecieron un 4,1 % interanual, y aunque la tasa de ahorro bajó en comparación con 2024, se mantiene por encima de los niveles prepandemia.
Los hogares vieron aumentar su consumo real per cápita un 2,9 % interanual, mientras que los ingresos mensuales promedio alcanzaron las 52.560 coronas, con un incremento del 4,1 % interanual.
Analistas: recuperación sólida, pero con matices
Para Dominik Kohut, analista de PwC, el consumo de los hogares es la clave del crecimiento, aunque advierte que las empresas sienten el impacto de los costes salariales, que subieron más del 8 % interanual, lo que ha frenado la inversión.
En la misma línea, Jana Steckerová, de Komerční banka, señala que el consumo aún no ha alcanzado todo su potencial debido a una tasa de ahorro todavía elevada. Los hogares mantienen un exceso de ahorro acumulado que sigue conteniendo el gasto.
Por su parte, Petr Dufek, economista jefe de Creditas Banka, advierte que la debilidad de la inversión refleja la incertidumbre empresarial: “A pesar de los grandes proyectos energéticos y verdes, la inversión privada cae en relación al valor añadido, reduciendo el potencial de crecimiento futuro”.
Expectativas para 2025
Los analistas esperan que el PIB checo crezca en torno al 2 % en el conjunto del año, una aceleración respecto al 1 % registrado en 2024. El Ministerio de Finanzas prevé un 2,1 %, mientras que el Banco Nacional Checo se muestra más optimista con un 2,6 %.
Sin embargo, el economista de Generali Investments CEE, Radomír Jáč, advierte de riesgos externos: “La incertidumbre se concentra en los aranceles de Estados Unidos, que pesan sobre Europa. En cambio, el aumento del gasto en defensa e infraestructuras podría ser un factor positivo”.
La industria rebaja expectativas
La Confederación de la Industria y el Transporte revisó a la baja su estimación y espera un crecimiento del 2,1 % en 2025, frente al 2,7 % previsto inicialmente. Según su vicepresidente, Martin Jahn, la política comercial del nuevo gobierno estadounidense y la baja demanda externa han debilitado la inversión.
Aun así, el analista de la asociación, Milan Klempíř, prevé un repunte de las exportaciones cercano al 3 % este año, apoyado por cierta recuperación en sectores industriales europeos clave.
