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La República Checa no puede prescindir de la migración laboral, advierte economista

Praga – La economía checa se enfrenta a un dilema estructural que amenaza su estabilidad futura: sin migración laboral, sectores clave dejarían de funcionar y la sostenibilidad del sistema de pensiones estaría en peligro. Así lo afirmó el economista Libor Žídek, de la Universidad Masaryk de Brno, en declaraciones a EuroZprávy.cz.

Según Žídek, el país vive desde hace años una situación de desempleo persistentemente bajo combinada con un rápido envejecimiento de la población. “La economía checa sufre una escasez de mano de obra. Muchos sectores, como la construcción, la manufactura o los servicios menos atractivos, no logran cubrir sus necesidades con solicitantes nacionales. Sin trabajadores extranjeros, simplemente no podrían operar”, señaló.

Migración: mano de obra barata y talento cualificado

El economista destacó que la migración laboral no solo cubre los empleos que los ciudadanos checos no demandan, sino que también puede convertirse en un motor de innovación y competitividad. “Necesitamos una migración laboral altamente cualificada, beneficiosa para sectores de alto valor añadido como la ciencia, la tecnología o la sanidad”, explicó.

En este sentido, Žídek advirtió contra una política centrada exclusivamente en la mano de obra poco cualificada. Propuso un modelo equilibrado que, además de reponer trabajadores, atraiga talento capaz de sostener el crecimiento económico a largo plazo. Como ejemplo, mencionó a Canadá, que combina una política de selección sofisticada con programas de integración eficaces.

Riesgos para la economía y las pensiones

Las consecuencias de una política migratoria demasiado restrictiva, según Žídek, serían graves. “Si no hay suficiente mano de obra extranjera, la única alternativa sería aumentar permanentemente la edad de jubilación, lo cual es políticamente muy impopular”, señaló.

El economista subrayó que, sin inmigración, en los próximos 10 a 15 años la República Checa se enfrentará no solo a una escasez de trabajadores en sectores intensivos en mano de obra, sino también en ámbitos que requieren creatividad e innovación. Esto supondría riesgos de inflación, estancamiento y presión sobre el sistema de pensiones.

Debate político polarizado

El tema, sin embargo, está lejos de resolverse en la arena política. Partidos como ANO, SPD o Stačilo! han situado la migración en el centro de sus campañas, con un discurso crítico hacia las cuotas europeas y con advertencias sobre riesgos culturales y de seguridad. La narrativa política contrasta con la realidad del mercado laboral, que, según los economistas, necesita urgentemente reforzarse con trabajadores extranjeros.

Un reto europeo

La República Checa no es una excepción dentro de Europa. El envejecimiento poblacional afecta a todo el continente y ha llevado a varios países a diseñar políticas migratorias que combinen la cobertura de puestos poco atractivos con la atracción de talento internacional. En Estados Unidos, recordó Žídek, los inmigrantes están detrás de casi la mitad de las startups valoradas en más de mil millones de dólares, un ejemplo de cómo la migración puede sostener la innovación y la competitividad.

La migración no es una panacea, pero sin ella los problemas estructurales se agravarán significativamente”, concluyó Žídek, llamando a un debate más racional y a una estrategia migratoria de largo plazo para asegurar tanto la economía como la cohesión social del país.

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