Chequia se queda rezagada en el desarrollo de startups: expertos piden reformas urgentes
En comparación con el resto de Europa, la República Checa se encuentra a la zaga en el número de startups —empresas jóvenes e innovadoras con alto potencial de crecimiento—. Actualmente, el país cuenta con menos de 170 startups por cada millón de habitantes, mientras que la media europea es significativamente más alta.
Según expertos y emprendedores, el lento desarrollo de este sector estratégico está obstaculizado por dos factores principales: la falta de financiación y un entorno legislativo poco favorable. Aun así, subrayan que las startups juegan un papel crucial en el dinamismo de la economía nacional. El propio Ministerio de Industria y Comercio ya prepara un proyecto de ley que buscaría eliminar los principales obstáculos.
“Las startups se están marchando”
„Hemos observado que más de la mitad de las startups con una valoración superior a 50 millones de dólares se están marchando al extranjero“, advirtió el viceministro de Industria y Comercio, Štěpán Hofman (STAN).
Los emprendedores señalan, además, que la legislación nacional, la presión fiscal y la percepción conservadora de la sociedad checa desincentivan el crecimiento. „El mercado checo es extremadamente conservador. Para la mayoría de los checos, la única inversión imaginable es la inmobiliaria. Pero para las startups se necesita un enfoque más arriesgado“, explicó Jakub Lustyk, fundador de una empresa emergente.
El acceso al capital privado es otra de las grandes trabas. „Disponemos de hasta diez veces menos dinero para startups que el que se ofrece en países con ecosistemas exitosos“, destacó Martin Jiránek, presidente de la Asociación Checa de Startups.
Burocracia y fuga de talento
La burocracia y las trabas administrativas tampoco ayudan. „Un problema adicional que las startups checas enfrentan desde hace años es la regulación de las acciones de los empleados“, señaló Ivo Denemark, director de la división de startups e inversión de riesgo de CzechInvest.
El economista Pavel Peterka fue contundente: „No queremos ser una simple planta de ensamblaje en la República Checa. Queremos industrias de alto valor añadido. El entorno debe adaptarse a esto“.
El riesgo de no actuar, según Jiránek, es claro: “Las empresas y los emprendedores exitosos se irán más al extranjero. Esto significa que, como sociedad, nos empobreceremos”.
Estonia, el ejemplo a seguir
Mientras tanto, Estonia se consolida como referente europeo en el sector. Este país báltico cuenta con casi 850 startups por cada millón de habitantes, una cifra que no solo supera la media europea, sino también a Estados Unidos.
Reforma en camino
El Ministerio de Industria y Comercio prepara una iniciativa legal que será debatida por el nuevo gobierno. Según Hofman, el proyecto „contendrá medidas para eliminar los principales obstáculos, creará una nueva relación laboral adaptada a las startups, una fiscalidad diferente y reducirá las cargas administrativas“.
Si las reformas logran su objetivo, la República Checa podría acortar la brecha con países líderes en innovación. „Si mejoramos el entorno de las startups, podemos situarnos entre los países verdaderamente avanzados, como Suecia o los Países Bajos“, concluyó Jiránek.
