Hijas versus hijos: cómo influye el género de los descendientes en la salud de los padres mayores
Las hijas suelen ser quienes más apoyo brindan a sus padres en la vejez, no solo en el cuidado informal de enfermedades crónicas, sino también en el acompañamiento emocional. Este tipo de ayuda se asocia con una mejor salud mental y un menor riesgo de síntomas depresivos en los progenitores. En contraste, los padres de hijos varones enfrentan ciertas desventajas en la salud a largo plazo y en el envejecimiento cognitivo. Eso sí, las estadísticas muestran que tienen menos probabilidades de divorciarse.
Un estudio conjunto de la Universidad de Columbia (Nueva York) y la Universidad Carolina de Praga analizó datos de 13.222 personas mayores de 50 años del Estudio de Salud y Jubilación, que sigue desde hace décadas la salud de la población estadounidense. Durante 18 años, los participantes fueron evaluados cada dos años en memoria, cálculo y otras funciones cognitivas.
Los resultados revelaron un patrón llamativo: los padres con al menos un hijo varón mostraron un deterioro cognitivo más rápido que aquellos con solo hijas. Este efecto persistió incluso tras ajustar variables demográficas y de salud. Además, mientras más hijos varones tenía una persona, más pronunciado era el deterioro observado. Sin embargo, el sexo de los hijos no influyó en el nivel inicial de cognición.
La relación fue similar tanto en madres como en padres, aunque más marcada en los hombres, lo que apunta a causas sociales antes que biológicas. “Nuestros hallazgos sugieren que los hijos varones podrían estar asociados con un envejecimiento cognitivo más rápido en sus padres. Los mecanismos no están del todo claros, pero los factores sociales parecen jugar un papel clave. Las hijas tienden a proveer más apoyo emocional y tienen más probabilidades de asumir el rol de cuidadoras”, explicó Katrin Wolf, autora principal del estudio y becaria Fulbright en la Universidad de Columbia.
Los investigadores destacan que estas conclusiones contradicen estudios anteriores, los cuales sugerían que tener hijos varones, especialmente en el caso de las madres, estaba relacionado con mejores resultados de salud.
En cualquier caso, subrayan que se trata de tendencias estadísticas y no de reglas absolutas. Cada relación entre padres e hijos es única, y el estudio constituye solo una pieza dentro del complejo mosaico de factores que influyen en la salud y el envejecimiento.