Colapso a la vista: la sanidad y el transporte en Chequia afrontan crisis paralelas
Praga. Dos pilares del bienestar checo —la sanidad pública y el transporte urbano— se encuentran bajo presión y con riesgo de sufrir colapsos si no se adoptan medidas urgentes. En la salud, las aseguradoras médicas están al borde de la insolvencia. En el transporte, las disputas políticas amenazan la continuidad del sistema integrado que conecta Praga con su región vecina.
Sanidad: costes crecientes y fondos al límite
Según expertos de aseguradoras, universidades y hospitales de referencia, la financiación de la atención médica en Chequia podría derrumbarse a menos que se implementen cambios rápidos y profundos. Las compañías de seguros carecen de fondos para responder a emergencias como pandemias o catástrofes naturales, y algunas, como la Compañía de Seguros de Salud Militar, admiten que ni siquiera pueden cubrir sus deudas.
El Ministerio de Salud niega que el sistema esté en peligro. Su portavoz, Ondřej Jakob, asegura que “el sistema es estable” y que existen 40.000 millones de coronas en reservas. Sin embargo, reconoce que la eficiencia en el gasto varía entre aseguradoras.
El principal desafío proviene de la paradoja del progreso médico: tratamientos cada vez más innovadores salvan vidas, pero incrementan drásticamente los costes. Terapias avanzadas que antes no existían ya benefician a unos 100.000 pacientes al año, muchos de ellos con enfermedades crónicas que requieren atención de por vida.
“Este tratamiento mejora la calidad de vida, pero su disponibilidad futura amenaza la sostenibilidad del sistema”, advierte Zdeňka Salcman Kučerová, directiva de la Compañía de Seguros de Salud del Ministerio del Interior.
A esto se suma otro problema estructural: la gran dependencia del financiamiento público, que en 2023 alcanzó el 86 % del gasto sanitario, el nivel más alto de la UE, y una plantilla médica que envejece sin el recambio generacional esperado.
Transporte: Praga se divide por el aumento de tarifas
El Ayuntamiento de Praga debatió este lunes la propuesta de modificar las tarifas del Transporte Integrado de Praga (PID), que cubre la capital y la región de Bohemia Central. La región vecina ya aprobó un incremento del 30 % en billetes de papel y del 20 % en billetes electrónicos para 2026, y ahora exige que la capital se sume a la subida.
El concejal de Finanzas, Zdeněk Kovářík (ODS), argumenta que “no es posible que Praga, con un sistema más amplio y costoso, mantenga precios más bajos”. Pero el vicealcalde de Transporte, Zdeněk Hřib (Piráti), se opone tajantemente: “Los Piratas estamos claramente en contra de subir las tarifas en Praga”.
La votación terminó sin acuerdo y se aplazó para la próxima semana, en medio de acusaciones de “vergüenza” y advertencias sobre el riesgo de romper la integración del sistema PID si la capital no aprueba el cambio.
Un doble reto para el país
Mientras el sector sanitario se enfrenta al riesgo de quedarse sin recursos para sostener los avances médicos, el transporte público de la capital amenaza con fracturarse por disputas políticas y diferencias tarifarias. En ambos casos, el reloj corre y las decisiones que se tomen en los próximos meses podrían marcar la diferencia entre un servicio estable y un colapso anunciado.