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Praga – La República Checa ha dado un salto notable en la clasificación mundial de libertad de prensa elaborada por Reporteros Sin Fronteras (RSF), alcanzando en 2024 el décimo lugar, tras ocupar el puesto 17 el año anterior. Esta mejora ha sido destacada por diversos medios nacionales como un logro democrático. Sin embargo, la situación interna de la Televisión Checa y los datos de opinión ciudadana muestran un panorama mucho más complejo y preocupante.

Mejora en el ranking: medios independientes y reforma legal

Según RSF, la mejora checa se debe a la consolidación de medios independientes como HlídacíPes y Deník N, y a la llamada Gran Enmienda de los Medios, impulsada por el gobierno de Petr Fiala (ODS), que aumentó las tasas que financian la Televisión y la Radio Checa. Esta reforma habría estabilizado financieramente los medios públicos, considerados por el informe de Reuters como los más fiables del país.

Un liderazgo frágil al frente de la televisión pública

Desde su nombramiento en junio de 2023, el director general de la Televisión Checa, Jan Souček, ha estado en el centro de la polémica. Su elección fue desde el inicio considerada por muchos como una decisión sin rumbo. Durante su gestión, ha acumulado errores de comunicación, amenazas mal calculadas y decisiones administrativas fallidas que han dañado la credibilidad de la televisión pública.

En lugar de fortalecer a la ČT ante las presiones externas, Souček se ha mostrado incapaz de tomar decisiones estratégicas firmes. Incluso algunos miembros del Consejo de la Televisión Checa que lo eligieron ahora impulsan su destitución.

La subida del canon: de la negación a la imposición

En julio de 2022, el ministro de Cultura, Martin Baxa (ODS), afirmó que el gobierno no planeaba aumentar el canon de la televisión pública. Sin embargo, menos de dos años después, lideró la reforma legal que lo elevó, sin exigir a la ČT una reestructuración como condición. Esta subida fue aprobada tras un tenso debate parlamentario, validada por el Senado y firmada por el presidente Petr Pavel en 2024.

Aunque el incremento puede justificarse tras años de estancamiento, el hecho de que se haya aprobado sin una reforma de fondo de la institución ha generado críticas generalizadas.

Programación costosa y decisiones equivocadas

Antes de aprobarse la reforma, Souček amenazó con cancelar programas informativos y periodísticos si no se aseguraban nuevos ingresos. Tras la aprobación del canon, cambió de postura y anunció que esos programas continuarían. Esta contradicción evidenció una dirección errática.

Mientras tanto, se mantiene en parrilla el costoso programa StarDance, de corte comercial, y los canales CT1 y CT2 continúan repitiendo contenidos antiguos, muchos de ellos de baja calidad. A ello se suma el intento de relanzar CT3, con material de archivo de la era comunista, calificado por diversos críticos como irrelevante y nostálgico.

La amenaza de la oposición: recortes y fusión

Los partidos ANO (de Andrej Babiš) y SPD (de Tomio Okamura), que podrían obtener mayoría parlamentaria en las próximas elecciones, han anunciado que, si gobiernan, eliminarán el canon, financiarán los medios públicos directamente desde el presupuesto estatal, reducirán el número de canales y fusionarán la radio y televisión en una sola institución. Sus propuestas podrían alterar radicalmente el carácter y la independencia de la televisión pública.

Estas intenciones ganan fuerza ante la debilidad del liderazgo actual de la ČT, que ha fracasado en articular una respuesta firme y transparente.

Opinión pública: libertad teórica, miedo práctico

Una encuesta publicada por Novinky.cz el 19 de agosto de 2024 y realizada por el Centro de Investigación de la Opinión Pública (CVVM) muestra que, aunque la mayoría de los ciudadanos cree que puede expresarse con libertad, también teme las consecuencias de hacerlo.

El 71 % de los encuestados considera que puede hablar abiertamente sobre los problemas de la sociedad. El 62 % cree que puede contribuir a resolver asuntos locales. Pero solo el 21 % cree que los ciudadanos pueden influir en decisiones nacionales.

Además, solo el 44 % califica la libertad de expresión como buena. El 22 % la considera mala y el resto no tiene una opinión clara.

La autocensura se instala en la vida cotidiana

La misma encuesta revela un alto nivel de autocensura:

  • El 58 % de los encuestados afirma que hoy en día hay que tener cuidado con lo que se dice en público para no tener problemas con la policía.

  • El 54 % cree que puede haber consecuencias laborales por expresar opiniones.

  • El 52 % actúa con precaución en redes sociales.

Este temor generalizado demuestra que la libertad de expresión formal no se traduce necesariamente en una práctica libre y sin miedo.

Límites aceptables y rechazos sociales

Los checos solo respaldan límites a la libertad de expresión en casos extremos, como la difusión de odio racial, étnico o religioso. Sin embargo, rechazan restricciones en temas como:

  • Críticas a la religión o símbolos religiosos.

  • Llamamientos a la desobediencia civil.

  • Difusión de propaganda considerada hostil.

  • Opiniones potencialmente ofensivas.

Tampoco apoyan limitar la expresión por motivos de seguridad nacional o protección del orden democrático.

Conclusión: una libertad en la cuerda floja

Chequia puede celebrar su ascenso en los rankings de libertad de prensa, pero los problemas estructurales de su televisión pública y el creciente miedo ciudadano a expresarse libremente reflejan una situación ambivalente.

La democracia no se sostiene solo con estadísticas internacionales. Se sostiene con instituciones fuertes, liderazgos responsables y ciudadanos que puedan hablar sin miedo. Y en esos aspectos, la libertad checa aún tiene mucho que demostrar.

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