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Tener un pequeño piso como punto de partida para, en el futuro, adquirir una vivienda más grande, era una estrategia lógica hace unos años. Hoy, sin embargo, muchas familias en la República Checa se ven atrapadas en un círculo vicioso del que es difícil salir. ¿Qué obstáculos impiden este cambio y cómo se pueden superar? 

¿Cambiar lo pequeño por lo grande? Los bancos no están preparados

En teoría, vender un piso pequeño y usar ese dinero para adquirir una vivienda más grande suena simple. Pero en la práctica, surgen múltiples obstáculos. Uno de los principales es la hipoteca pendiente sobre el piso actual. Además, los bancos no contemplan con facilidad la compra de una nueva vivienda sin haber vendido la anterior, y una hipoteca doble está fuera del alcance de muchas familias, sobre todo si un miembro está de baja por paternidad. Los créditos puente, limitados a 2,5 millones de coronas checas, tampoco bastan para adquirir una vivienda en ciudades como Praga o Brno.

Un problema silencioso: miles de familias atrapadas en pisos pequeños

Este obstáculo afecta a un número significativo de personas. En Chequia, entre 70.000 y 100.000 hogares viven en pisos de hasta 45 m² con hipoteca, y otros 130.000 a 200.000 en pisos de hasta 60 m². Muchos quieren mudarse, pero no pueden. La falta de espacio, sobre todo con hijos en crecimiento, genera estrés y afecta el bienestar familiar. La vivienda, por tanto, no es solo un tema financiero, sino también emocional y psicológico.

La trampa del alquiler temporal: costos ocultos que nadie ve venir

Una solución común es vender el piso actual y alquilar temporalmente hasta encontrar otro. Pero esta decisión puede salir cara. Según datos recientes, los precios en Praga han subido un 6 % en solo seis meses. Un piso de 80 m² cuesta hoy 660.000 coronas más que hace medio año. Si se suman seis meses de alquiler (unos 30.000 CZK/mes), el sobrecoste llega a 840.000 CZK. Una cifra que muchas familias no pueden asumir.

Alternativas para financiar tu próximo hogar

Existen vías menos conocidas pero efectivas para adquirir una vivienda:

  • Hipoteca aplazada: se compra el piso y se vive como inquilino mientras se aplaza el pago (4 a 24 meses).

  • Alquiler con opción a compra: se alquila con derecho preferente de compra.

  • Piso a cuenta: el promotor acepta tu piso como parte del pago.

  • Préstamo puente: permite comprar antes de vender, pero con montos bajos.

  • Propiedad compartida: inversión conjunta con reparto proporcional.

  • Sale-and-rent-back: vendes y sigues viviendo como inquilino.

  • Hipoteca estadounidense: garantía inmobiliaria sin justificar el uso del préstamo.

  • Vivienda cooperativa: se paga una parte inicial y el resto como alquiler mensual.

La hipoteca aplazada: una opción prometedora pero aún desconocida

En países como EE. UU. o Australia, la hipoteca aplazada es común. En la República Checa, Ownest ofrece este modelo: el inversor compra el piso, y el cliente tiene derecho preferente a adquirirlo bajo condiciones fijas. Se requiere un depósito del 1 % y el pago del 2 % por servicios legales y financieros. Esta modalidad permite ganar tiempo, evitar prisas y mudarse inmediatamente a una vivienda mejor sin perder poder de negociación.

Comprar más tarde, ganar más: el juego de los números

Si los precios de los pisos continúan creciendo un 10 % anual, como hasta ahora, el valor de un piso de 80 m² en Praga podría pasar de 11 a 13,3 millones de coronas en dos años. Aunque haya tasas adicionales (unos 220.000 CZK con Ownest), el cliente puede ganar más de 670.000 CZK en valor. No es de extrañar que el 45 % de los usuarios de Ownest busquen mudarse a una casa más grande. Es una forma estratégica de evitar pérdidas, reducir riesgos y asegurar una vivienda mejor sin agobios.

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