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Miloš Zeman

A partir del 20 de junio se aplicarán en toda la UE nuevas normas para el uso de los teléfonos móviles. Los checos no están preparados. El objetivo de estas nuevas normas es que nuestros dispositivos duren más, sean más fáciles de reparar y no acaben innecesariamente en un cajón o en un vertedero. Los fabricantes deberán cambiar su enfoque, los minoristas adaptarse, y los usuarios de a pie obtendrán más información y mayor confianza al comprar. Será un cambio positivo para muchas personas. Sin embargo, en la República Checa, pocos lo saben aún.

Un teléfono aún útil, pero abandonado

Ya es una escena conocida: tras dos años de uso, tu móvil comienza a mostrar mensajes de incompatibilidad, las aplicaciones bancarias o tus juegos favoritos dejan de funcionar, y comienzas a buscar un nuevo modelo. Y sin embargo, el dispositivo aún podría seguir funcionando perfectamente. Con las nuevas reglas, los fabricantes estarán obligados a proporcionar actualizaciones de seguridad y parches de software durante cinco años después de que el modelo deje de venderse.

Cuando algo se rompe, no tiene por qué ser el final

Otro cambio importante es la disponibilidad de piezas de repuesto. Si se rompe la pantalla o la batería falla, antes era habitual que repararlo fuera demasiado caro o incluso imposible. Con la nueva normativa, los componentes clave deberán estar disponibles durante siete años después de la finalización de la venta de cada modelo. Y no deberán encontrarse sólo en el extranjero, sino estar disponibles de forma rápida y sencilla. Así, reparar dejará de ser una excepción y se convertirá en una opción habitual.

Una etiqueta inteligente te dice más sobre tu móvil que un anuncio

Todos los nuevos teléfonos y tabletas deberán llevar una etiqueta informativa visible. Esta mostrará datos sobre la duración de la batería, la resistencia al agua y al polvo, y una “puntuación de reparabilidad”, que indicará si es fácil reparar el dispositivo o si requerirá asistencia técnica. También incluirá un código QR con acceso a más información detallada. Comprar un nuevo móvil será así una decisión más informada.

Silencio sobre la pista

Aunque estas normas se aplican en todos los países de la Unión Europea, en la República Checa casi no se habla de ellas. Las leyes han sido ya incorporadas al marco legal nacional y entrarán en vigor pronto, pero el nivel de conocimiento público es bajo. No sólo entre los clientes, sino incluso entre muchos vendedores.

Ellos deberían estar preparados para ofrecer información y productos conforme a las nuevas reglas. Las únicas exentas son las empresas más pequeñas con un volumen de negocio realmente bajo. Todos los demás deberán cumplir con los nuevos requisitos.

Qué significa esto para cada uno de nosotros

Si vas a comprar un nuevo teléfono a partir del 20 de junio, asegúrate de que incluya la nueva etiqueta. Esta te dará información útil para elegir mejor: no solo en base al diseño o el rendimiento, sino también a la facilidad de reparación o la durabilidad de la batería. Las reparaciones dejarán de ser un lujo y se convertirán en una práctica habitual.

Una revolución móvil que tiene sentido

La Unión Europea demuestra con esta iniciativa que se toma en serio la sostenibilidad. En vez de fomentar el consumo constante de nuevos dispositivos, se apuesta por alargar la vida útil de los existentes. Esto beneficiará tanto al medio ambiente como a los propios consumidores: más información, mayor durabilidad y disponibilidad de piezas. Es un paso en la dirección correcta.

Los teléfonos ya no se caen como peras

Antes, una simple caída desde la mesita de noche podía inutilizar un teléfono. Con las nuevas normas, se espera que los dispositivos sean más resistentes. Las baterías deberán soportar 800 cargas sin perder capacidad, y los aparatos serán sometidos a pruebas de resistencia frente a caídas, agua y polvo. El objetivo es que los móviles no sean frágiles piezas de vidrio y plástico, sino herramientas confiables para el día a día.

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