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Petr Fiala

El Puente de Carlos: Historia, leyendas y curiosidades del símbolo de Praga. El Puente de Carlos no solo conecta la Ciudad Vieja con la Ciudad Pequeña, sino que también une siglos de historia, arte y leyenda en el corazón de Praga. Aunque muchos relatos sobre su origen están rodeados de misticismo, su importancia como monumento histórico es incuestionable.

Según la leyenda, Carlos IV ordenó colocar la primera piedra del puente el 9 de julio de 1357 a las 5:31 de la mañana, un momento cuidadosamente elegido por astrólogos para asegurar la buena fortuna de la construcción. Esta combinación mágica de números impares —135797531— es uno de los muchos elementos que rodean al puente de un aura casi sobrenatural. Sin embargo, la realidad documentada por crónicas contemporáneas sólo confirma el año de inicio: 1357.

En el lugar donde hoy se levanta el Puente de Carlos se encontraba anteriormente el Puente de Judith, destruido por una inundación. El nuevo puente, de 516 metros de largo y 9,5 metros de ancho, fue diseñado por el arquitecto Petr Parléř, también responsable de haber construido partes de la Catedral de San Vito. La construcción duró 45 años, y durante ese tiempo los constructores, según la tradición, añadieron huevos al mortero para aumentar su resistencia. Estudios posteriores confirmaron la presencia de esta singular mezcla en la mampostería.

El puente se daňo en julio de 1435

El puente fue dañado por otra inundación en julio de 1432, y su reparación se prolongó durante 71 años. Con el tiempo, el tráfico cambió: primero fue atravesado por carruajes tirados por caballos, después por tranvías eléctricos desde 1905 y, finalmente, desde 1965, se convirtió en una vía exclusivamente peatonal.

El Puente de Carlos fue conocido anteriormente como “Kamenný” ( el puente de piedra) y “Pražský” (el puente de Praga). Además de ser el puente más antiguo de la capital checa, ha figurado en dos monedas nacionales: las de 5 y 50 coronas. Sin embargo, no es el puente más antiguo del país; ese título pertenece al Puente de Piedra de Písek.

El Puente es una galería

El puente no solo es una obra maestra arquitectónica, sino también una galería al aire libre de esculturas barrocas. Una de las más antiguas es la de San Juan Nepomuceno, confesor de la reina Žofie. Según la leyenda, fue torturado y arrojado al río por no revelar un secreto confesional al rey Wenceslao IV.

Otra joya del puente es la Torre del Puente de la Ciudad Vieja, considerada una de las torres medievales más bellas de Europa. Aunque parece estar frente al puente, en realidad se erige sobre su primer pilar y originalmente se alzaba libremente sobre el agua. En ella se pueden ver las estatuas de Carlos IV y su hijo Wenceslao IV, esculpidas poco después de la muerte del primero y mientras el segundo aún vivía. Los originales se conservan en el Lapidarium del Museo Nacional.

Las esculturas guardan secretos

Además, algunas esculturas del puente guardan secretos en sus inscripciones. Si se observa bien, las letras más grandes forman números romanos que, ordenados de mayor a menor, revelan la fecha de creación de la obra.

Hoy, el Puente de Carlos es mucho más que una vía sobre el Moldava: es un testigo de la historia checa, un escenario de leyendas y un punto de encuentro entre el pasado y el presente.

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