Karlovy Vary – Sin anuncios previos ni campañas de marketing, la cadena rusa de descuentos MERE abrió el viernes su sexta tienda en la República Checa, esta vez en el barrio Stará Rola de Karlovy Vary. La inauguración fue tan discreta que, a primera hora de la mañana, apenas una decena de curiosos se acercaron al lugar.
La falta de promoción fue evidente: la única pista del evento fue una publicación de última hora en Facebook. Ni el personal ni la dirección quisieron hablar con los medios. El gerente de la tienda se limitó a decir que no estaba autorizado a facilitar ninguna información.
De la curiosidad al carrito lleno
Los primeros visitantes fueron más curiosos que compradores. Uno de ellos, un jubilado local, comentó que se enteró por su hija y decidió pasar a echar un vistazo antes de ir al médico. Otros visitantes llegaron desde Sokolov y salieron con carritos llenos de productos como sopas instantáneas y bebidas. “No nos importa que sea rusa. Venimos por los precios”, dijeron.
La tienda ofrece principalmente productos no perecederos y alimentos refrigerados, colocados directamente sobre palets, en un espacio que recuerda más a un almacén improvisado que a un supermercado tradicional. La orientación es mínima y el recorrido dentro del local es completamente intuitivo.
Oferta básica, ambiente espartano
En el interior se pueden encontrar desde embutidos al vacío hasta detergentes, pero la señalización es escasa y la organización deja mucho que desear. Aunque se esperaba una mayor afluencia de la comunidad rusohablante residente en Karlovy Vary, el interés ha sido bajo. Los responsables, por ahora, optan por el silencio.