Glocin: el colapso de una ilusión financiera con sombras internacionales
El 25 de septiembre de 2025, el portal Seznam Zprávy denunció públicamente lo que muchos inversionistas ya temían: la empresa Glocin, que prometía altos rendimientos en operaciones financieras, se desplomaba dejando tras de sí miles de víctimas y una montaña de dinero desaparecido.
Ahora, una nueva publicación de la Televisión Checa (ČT) reaviva el escándalo, describiendo el colapso como uno de los mayores fraudes financieros en la historia reciente del país.
Un espejismo llamado Glocin
Según la investigación de Barbora Loudová y Petr Vodseďálek, Glocin —controlada por Aleš Kohoutek, exsocio del notorio criminal Radovan Krejčíř— llegó a captar unos 11.000 inversores, seducidos por la promesa de ganancias extraordinarias provenientes, supuestamente, de inversiones en criptomonedas y materias primas.
Sin embargo, la realidad parece mucho más turbia: la empresa nunca habría invertido el dinero, sino que se habría mantenido a flote gracias al ingreso constante de nuevos clientes, en un clásico esquema piramidal.
Cuando el flujo de dinero se agotó, el castillo de naipes se vino abajo.
El eco del pasado: de Krejčíř a Kohoutek
La conexión entre Glocin y los viejos fantasmas del crimen económico checo es innegable. Kohoutek, mano derecha de Krejčíř en el pasado, ya había sido condenado por manipular a un funcionario de la empresa estatal Čepro, con el objetivo de ocultar citaciones judiciales relacionadas con demandas ficticias por miles de millones de coronas.
Gracias a la intervención policial, Čepro evitó la quiebra. Pero los métodos del grupo de Krejčíř parecían haber dejado una huella indeleble en la cultura empresarial de sus allegados.
Hoy, mientras Krejčíř cumple 35 años de prisión en Sudáfrica, su antiguo socio vuelve al centro del escándalo. Glocin, la empresa que controlaba, se encuentra en bancarrota, y sus clientes —atrapados en un laberinto judicial— no han podido recuperar su dinero desde el otoño pasado.
El inquietante vínculo venezolano
Uno de los datos más preocupantes revelados por la investigación es la supuesta implicación de Glocin en operaciones mineras y depósitos de municiones en Venezuela.
Aunque esta información aún no ha sido verificada judicialmente, el simple hecho de que una empresa checa —ahora en quiebra y bajo investigación por fraude— haya tenido vínculos con un país señalado por Estados Unidos como “régimen narco-autoritario”, despierta serias alarmas.
Washington mantiene actualmente una flota naval en el Caribe para controlar las rutas de tráfico de drogas provenientes de Venezuela. Si se confirmara que una compañía centroeuropea tuvo conexiones con instalaciones militares o depósitos en territorio venezolano, estaríamos ante un escándalo con implicaciones geopolíticas de gran alcance.
Más allá del fraude: la lección pendiente
El caso Glocin no es solo una tragedia económica para miles de familias checas; es también un espejo de la vulnerabilidad social ante la promesa fácil del dinero rápido.
Las criptomonedas, los rendimientos milagrosos y la retórica de la “independencia financiera” se han convertido en el nuevo opio de la clase media.
La falta de regulación, la fe ciega en los “gurús” financieros y la lentitud institucional para detectar irregularidades han creado el caldo de cultivo perfecto para fraudes de esta magnitud.
Glocin no es solo el nombre de una empresa quebrada: es un recordatorio de que la codicia, el descuido y la impunidad siguen siendo una combinación explosiva, tanto en las finanzas como en la política internacional.
Escándalo de las criptomonedas del Ministerio de Justicia checo
Qué sucedió
En marzo de 2025, el Ministerio de Justicia de la República Checa aceptó una donación de 468 bitcoins (valor estimado entonces en unos 1.000 millones de coronas, es decir, 40-45 millones de euros) por parte de Tomáš Jiříkovský, un hombre con antecedentes penales por tráfico de drogas, armas ilegales y fraude.
La donación fue aceptada por el entonces ministro Pavel Blažek, quien posteriormente subastó las criptomonedas.
A raíz de ello se abrió una investigación policial por abuso de autoridad, lavado de dinero y otros delitos conexos.
Implicaciones políticas
El caso desató una tormenta política que golpeó de lleno al gobierno de Petr Fiala, dañando su imagen de transparencia y buena gobernanza.
El ministro Blažek renunció el 30 de mayo de 2025, y el Ejecutivo apenas logró sobrevivir a una moción de censura el 18 de junio.
Finalmente, el escándalo pasó factura en las urnas, favoreciendo a los partidos populistas y de extrema derecha como ANO, SPD y Motoristas, que capitalizaron el descontento con el discurso anticorrupción.
Por qué es grave
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Se aceptó una donación de criptomonedas sin verificar su origen.
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Los fondos provenían de una persona con antecedentes delictivos, elevando el riesgo de lavado de dinero.
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Pone en cuestión la capacidad del Estado checo para controlar y gestionar activos digitales.
El daño más profundo, sin embargo, fue la pérdida de confianza: la ciudadanía percibió que la justicia checa actúa con los ojos vendados y que la corrupción se ha infiltrado incluso en las instituciones más sensibles.
La pregunta inevitable
¿Existe alguna relación entre Tomáš Jiříkovský y Aleš Kohoutek o su empresa Glocin?
Por fortuna, la respuesta es breve: no hay evidencia confirmada de una relación comercial directa entre Jiříkovský y Kohoutek / Glocin.
Lo que sí sabemos
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Aleš Kohoutek fue el principal impulsor de Glocin, involucrado en múltiples denuncias por fraude financiero. (Seznam Zprávy)
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Tomáš Jiříkovský fue condenado por delitos graves y se le vincula con el mercado oscuro Sheep Marketplace. Posteriormente, hizo la donación de bitcoins al Estado. (Cointelegraph)
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Glocin ofrecía altos rendimientos en criptomonedas y terminó en estado de insolvencia, con indicios claros de esquema piramidal.
Lo que no se ha probado
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No existe hasta el momento ningún documento público que vincule financieramente a Jiříkovský con Glocin o Kohoutek.
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No hay evidencia de sociedades compartidas, transferencias de fondos o colaboración directa.
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Las investigaciones del caso Glocin no mencionan a Jiříkovský como participante o asesor.
Interpretación
Dada la magnitud de ambos casos —el del donante de bitcoins y el de Glocin— y sus coincidencias en el mundo de las criptomonedas y los fondos opacos, muchos sospechan de redes superpuestas de corrupción y lavado.
Sin embargo, hasta ahora, la evidencia pública no demuestra una conexión directa.
Eso podría parecer una buena noticia, pero deja al descubierto el tejido invisible de poder, dinero y política que sigue condicionando a la República Checa.
