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Praga, una ciudad cada vez menos checa

Praga – ¿Viajas a Praga por trabajo o solo por unos días? ¿Aún te sientes como en casa o ya casi no escuchas el checo en las calles? Las respuestas a estas preguntas revelan un fenómeno que cambia silenciosamente el rostro de la capital: el crecimiento constante del número de extranjeros.

Según un análisis del Instituto de Planificación y Desarrollo de la Ciudad de Praga (IPR), en 2001 vivían en la capital unos 61.000 extranjeros, mientras que en 2022 la cifra alcanzó los 345.000. Hoy, uno de cada cuatro habitantes de Praga es extranjero, un dato que ha modificado tanto la demografía como la economía local. Sin esa presencia, el número total de residentes habría disminuido en los últimos veinte años.

La mayoría de estos nuevos praguenses están en edad laboral y cubren puestos en sectores donde la mano de obra local escasea. En toda la República Checa, los extranjeros representan alrededor del 8% de la población, aunque la concentración es mayor en la capital. Los ucranianos son el grupo más numeroso, seguidos por eslovacos, vietnamitas y rusos.

En Praga 4, el distrito más poblado, viven cerca de 68.000 extranjeros, y algunas zonas se han convertido en pequeños enclaves culturales. Un ejemplo es el conocido mercado SAPA, en el barrio de Libuš, considerado el corazón de la comunidad vietnamita en el país.

Sin embargo, este cambio también genera sentimientos encontrados. Algunos residentes checos expresan que en ciertos barrios “ya no se escucha checo”, y que el aumento del tráfico o las diferencias culturales pueden alterar la vida cotidiana. A ello se suma la preocupación por la seguridad, especialmente durante la noche, aunque no existen datos que vinculen directamente el aumento de extranjeros con la criminalidad.

Lo cierto es que sin los inmigrantes, Praga no sería la misma. Su crecimiento demográfico y su vitalidad económica dependen en gran medida de ellos. El desafío para el futuro será encontrar un equilibrio entre la integración, la convivencia y la seguridad, garantizando que la capital siga siendo un espacio abierto, próspero y habitable para todos sus residentes.


¿Qué necesita una persona no perteneciente a la UE para trabajar en Praga?

Quien no sea ciudadano de la Unión Europea (UE), del Espacio Económico Europeo (EEE) ni de Suiza, debe cumplir con tres pasos principales:

  1. Obtener una oferta de empleo en una empresa registrada en Chequia.

  2. Solicitar un permiso de trabajo y una visa o residencia de larga duración (habitualmente combinadas en la llamada Employee Card o Blue Card).

  3. Registrar su residencia en la Oficina de Extranjería (Ministerstvo vnitra) al llegar al país.

El proceso puede tardar entre 2 y 4 meses, y la documentación debe incluir un contrato laboral, prueba de alojamiento y seguro médico.

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