Pilsner Urquell celebra un nuevo aniversario: la cerveza que conquistó al mundo
Plzeň, 5 de octubre. La cerveza más famosa del planeta vuelve a soplar velas. La cervecería Plzeňský Prazdroj, cuna de la legendaria Pilsner Urquell, celebra un nuevo aniversario desde aquel 5 de octubre de 1842, fecha en la que el maestro cervecero bávaro Josef Groll elaboró el primer lote de una cerveza que cambiaría para siempre la historia de la bebida dorada.
Hoy, casi un millón de visitantes al año recorren la cervecería y sus alrededores en Pilsen, atraídos no solo por el sabor incomparable de la Pilsner Urquell, sino también por su historia, su museo, las bodegas históricas y el restaurante Na Spilce.
El nacimiento de una leyenda
En la primera mitad del siglo XIX, la cerveza en Bohemia sufría una crisis de calidad. La gota que colmó el vaso llegó en 1838, cuando los vecinos de Pilsen arrojaron públicamente 36 barriles imbebibles frente al ayuntamiento. La ciudad decidió entonces apostar por la modernidad y encargó la construcción de una nueva cervecería, confiando en Josef Groll, un maestro cervecero bávaro famoso por su talento… y su carácter testarudo.
El 5 de octubre de 1842, Groll cocinó el primer lote con agua blanda de Pilsen, lúpulo de Žatec y malta clara preparada con técnicas inglesas. Lo que parecía una apuesta incierta resultó un éxito inesperado: el 11 de noviembre, la cerveza se sirvió en los pubs U bílé růže y U zlatého orla. El cronista local dejó constancia:
«…Qué admiración hubo cuando brilló su color dorado y la espuma blanca como la nieve flotó sobre él, cómo se regocijaron los bebedores al descubrir un sabor intenso y excelente, hasta entonces desconocido».
De Pilsen a Praga: las tabernas U Pinkasů y U Salzmannů
La nueva cerveza pronto viajó a Praga. En 1843, el sastre Jakub Pinkas recibió dos cubos de la novedad de su amigo Martin Salzmann. Fue amor a primera vista: Pinkas abandonó su oficio y abrió una taberna que aún hoy conocemos como U Pinkasů.
Salzmann, por su parte, fundó un local en Pilsen que llegó a ser tan célebre que, según la tradición, incluso Karl Marx comentó en una carta a Engels que en Bohemia nadie pensaba en revolución, solo en la cerveza de Salzmann’s.
Una receta guardada bajo llave
La Pilsner Urquell se convirtió en la primera lager rubia de fermentación baja del mundo. Su fórmula exacta sigue siendo un secreto celosamente protegido, transmitido de maestro cervecero a maestro cervecero. Hoy en día, Plzeňský Prazdroj combina tradición y tecnología punta: su moderna planta de embotellado puede llenar hasta 120.000 botellas por hora.
Y sin embargo, la esencia se mantiene intacta: en las bodegas históricas aún se madura cerveza sin filtrar ni pasteurizar en barricas de roble, la misma experiencia que vivieron los primeros bebedores hace más de 180 años.
Más que cerveza: cultura y experiencia
Visitar Pilsen es sumergirse en un viaje cultural y gastronómico: recorrer las bodegas históricas, visitar el Museo de la Cervecería, probar un goulash con dumplings acompañado de una jarra recién tirada, o comer en el restaurante Na Spilce, ubicado en la antigua sala de fermentación.
La cervecería también sorprende con campañas modernas: este año, un anuncio protagonizado por el cantante británico Robbie Williams recuerda que cualquiera puede intentar cantar sus canciones o elaborar una cerveza estilo Pilsen, pero nada supera al original.
Una cerveza que dio nombre a un estilo
Hoy, más de dos tercios de la cerveza mundial lleva la huella de Pilsen. Desde Berlín hasta Buenos Aires, las etiquetas con los nombres pils, pilsner o pilsener remiten inevitablemente a la primera y única: Pilsner Urquell, la que el 5 de octubre de 1842 cambió la historia de la cerveza para siempre.
