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Dinero

Refugiados ucranianos en Chequia: pieza clave en la economía, pero con futuro incierto

Praga – Los refugiados ucranianos que llegaron a la República Checa tras la agresión rusa se han convertido en un pilar de la economía local. Empresas y organizaciones humanitarias piden al gobierno que les ofrezca un horizonte estable. Sin embargo, las estrictas condiciones para obtener la residencia de larga duración dejan fuera a la gran mayoría.

Según datos del Ministerio del Interior citados por Novinky.cz, solo 15.000 personas han logrado un permiso especial de residencia, lo que representa menos del 4% de los aproximadamente 391.000 ucranianos que viven actualmente en Chequia.

Exigencias difíciles de cumplir

El solicitante debe demostrar ingresos anuales brutos de al menos 440.000 coronas (unos 36.600 CZK al mes). Para quienes tienen hijos, la cifra aumenta: una madre con un niño, por ejemplo, debe acreditar más de 45.000 CZK mensuales. Además, no pueden recibir ayudas humanitarias y deben contar con un seguro médico equilibrado.

En total, cerca de 47.000 hogares —unas 80.000 personas— presentaron solicitudes. Sin embargo, el 35% no cumplió los requisitos básicos y un 45% fue rechazado por ingresos insuficientes, explicó el portavoz del ministerio, Adam Rözler.

“La cifra es muy baja. La integración de los ucranianos es tan exitosa que deberíamos ofrecer la seguridad de una estancia prolongada a la mayoría”, señaló Martin Rozumek, director de la Organización de Ayuda a los Refugiados.

Aportación económica

A pesar de las dificultades administrativas, los ucranianos ya están contribuyendo de manera notable al presupuesto estatal. En el segundo trimestre de este año, pagaron 7.600 millones de coronas en impuestos y cotizaciones, mientras que recibieron solo 3.800 millones en prestaciones.

“Los ucranianos aportan más a nuestro presupuesto de lo que nos cuesta ayudarles”, subrayó el ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Marian Jurečka (KDU-ČSL).

Juventud y demografía

Economistas advierten de que limitar su integración supondría un error estratégico. “La edad media de los refugiados ucranianos es de 28 años, frente a los 43 de la población checa. Su llegada ha rejuvenecido la pirámide demográfica y ayuda a cubrir la escasez de mano de obra”, explicó Vít Hradil, economista jefe de Investika.

Hradil añadió que algunos sectores dependen de forma crítica de la mano de obra ucraniana y que su ausencia provocaría “problemas graves” en la economía checa.

Futuro incierto

Actualmente, quienes no obtuvieron la residencia especial permanecen gracias al régimen de protección temporal, prorrogado cada año sin garantías más allá del fin de la guerra.

El Ministerio del Interior aún no ha definido los siguientes pasos. “Tras evaluar la primera ola, el gobierno decidirá si lanza otra ronda de inscripciones y bajo qué condiciones”, afirmó Rözler.

Mientras tanto, refugiados y empleadores aguardan señales claras. Para muchos, el reto no es solo sobrevivir al presente, sino también planificar un futuro estable en una sociedad que ya depende de su contribución.

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