El Parque Nacional de Krkonoše: una joya natural en el corazón de Europa
El Parque Nacional de Krkonoše es un destino excepcional en cualquier época del año. Cuando la nieve no es suficiente para practicar esquí de fondo, se puede descubrir su belleza natural a través de rutas a pie o con raquetas de nieve. Esta región ofrece una combinación única de paisajes: una auténtica isla de tundra en medio de Europa.
El parque fue declarado como tal el 17 de mayo de 1963, apenas cuatro años después de su homólogo en Polonia. Su territorio abarca zonas kársticas formadas por antiguos glaciares, así como laderas montañosas cubiertas de bosques, praderas alpinas, pastizales y turberas, que componen un mosaico de ecosistemas montañosos de gran valor ecológico.
Entre su rica biodiversidad, el parque alberga una gran variedad de plantas únicas en el mundo y una fauna interesante. De los veinte picos más altos de la República Checa, quince se encuentran en los Montes Krkonoše, incluida la cumbre más elevada del país: Sněžka, que alcanza los 1.603 metros sobre el nivel del mar. Otros picos populares de la zona son Černá hora y Lysá hora.
Además de su patrimonio natural, la región de los Montes Gigantes cuenta con ciudades turísticas y complejos deportivos que ofrecen una variada gama de actividades para visitantes de todas las edades. Ya sea por su valor ecológico o por su oferta recreativa, el Parque Nacional de Krkonoše es un lugar ideal para los amantes de la naturaleza y el turismo activo.